Aunque el gobierno de Estados Unidos anunció hace poco una reducción del 145 % al 30 % en
los aranceles a productos chinos, muchos importadores están descubriendo que sus facturas
siguen siendo más altas de lo que esperaban. ¿La razón? Una práctica llamada tariff stacking o
acumulación de aranceles.
John Hamer, el presidente de Rodgers Wade Manufacturing en Texas, cuenta su experiencia. Su
empresa fabrica mobiliario para tiendas como Ross y Ulta, y depende en gran parte de
proveedores chinos. A pesar de que el anuncio oficial hablaba de un arancel del 30 %, Hamer ha
estado pagando cerca del 70 %. ¿Por qué? Porque ese 30 % se suma a aranceles previos sobre
productos de acero, que varían según la cantidad utilizada en cada pieza.
Este fenómeno se ha convertido en un nuevo obstáculo para los importadores estadounidenses.
Cuando la administración Trump impone nuevos aranceles, los anteriores no se eliminan. Y
aunque esta política aplica a todas las importaciones, los casos más extremos suelen estar
relacionados con productos chinos, debido a la gran cantidad de aranceles ya existentes bajo
diferentes leyes comerciales de EE. UU.
Ante esta situación, empresas como la de Hamer están buscando proveedores en otros países
como México o India. Mientras tanto, otras compañías esperan que los tribunales
estadounidenses intervengan. Algunos fallos recientes han cuestionado si Trump tenía autoridad
para imponer estos aranceles, pero las apelaciones siguen en curso y las tarifas continúan
vigentes.
Michael Wieder, presidente de una empresa de productos para bebés en Brooklyn, también
enfrenta problemas. Su producto—una mesa de juegos—se clasifica en una categoría que ya
tenía un arancel del 25 %, al que ahora se suma un nuevo 30 %. El resultado: una tarifa total del
55 %, sin importar que se trate de artículos esenciales para niños.
El objetivo del expresidente Trump con esta política era claro: incentivar la producción local y
generar ingresos fiscales. Sin embargo, el impacto sobre las cadenas de suministro ha sido
significativo, obligando a las empresas a reorganizar sus operaciones y estrategias logísticas.
Incluso casos como el de Afina, una empresa que vende duchas filtradas importadas desde China,
ilustran el desafío: aunque las tarifas actuales se redujeron a un 30 %, al sumarse a aranceles
previos, la factura final sigue siendo de un 43 %.
Este entorno subraya la importancia de contar con aliados logísticos que comprendan la dinámica
de las tarifas y ofrezcan estrategias flexibles y trazabilidad real. En LTF Worldwide,
monitoreamos constantemente estos cambios para ofrecer soluciones adaptadas a las necesidades
de nuestros clientes.
Fuente: Reuters News